Por Gabriel
Boragina ©
Leo y escucho muy a
menudo sobre el "enorme poder de las redes sociales", y relativo a su
supuesta superioridad referente a los medios masivos y tradicionales de
comunicaciones. Parece que se quiere transmitir la idea de que la gente -a
través de las "redes"- está por encima de los medios (TV, radio,
periódicos) y que ejercería una especie de control y hasta de influencia sobre
los contenidos de tales medios superpuesto al accionar de los políticos y de la
política en general.
Mi propia
experiencia en las "redes" sociales me permite atestiguar exactamente
lo contrario. Se exagera notablemente su importancia.
Comencemos con una
aclaración de orden terminológico y de no menor relevancia.
En la jerga
habitual, se suele diferenciar entre "redes" y "medios".
Donde los "medios" vendrían a ser la TV, la radio y los periódicos,
en tanto las "redes" serian sitios como Twitter, Facebook, LinkedIn,
instagram, etc.
La diferenciación
pretendida nos parece del todo absurda, porque -en última instancia- todos
ellos son medios de comunicación, ya que en todos, sin excepción, la
gente se comunica una con otra.
Luego, si me
detengo a analizar los contenidos de las "redes" en las que
habitualmente interactúo (Twitter, LinkedIn y Facebook, en este mismo orden)
puedo observar que más del 80% de las intervenciones (tweets, mensajes,
comentarios, etc.) giran en torno al material proveniente de los medios
tradicionales de información (TV, radio, periódicos). Es decir, la gente que
normalmente participa en las "redes", sigue dependiendo -como antes-
de lo que se muestra por TV, se escucha en la radio o se publica en los
diarios. Básicamente, este es el material que se difunde y circula por las "redes".
Suficiente como para demostrarme la falsedad del supuesto "dominio" o
"poder" de las "redes" por arriba de los medios
tradicionales (TV, radio, periódicos).
Entonces, ¿qué se
comenta en las "redes" sociales? ¡Lo que aparece en TV, radio y
diarios! ¿Dónde le parece al lector que se encuentra el poder real?
La gente -en las "redes"- difunde (y
depende de) lo que se publica en tales medios, y toda su "originalidad"
se limita a aprobar o censurar lo que un personaje de la farándula, la
política, el deporte, etc. dijo o hizo por TV, radio, o declaró ante un
periodista de algún matutino o vespertino de gran circulación.
Basta echar una
somera ojeada a los famosos TT (trending topics) para ver que los temas que
dominan son los de los programas televisivos de mayor televidencia, preponderantemente
las transmisiones de deportes, noticias, política, policiales, entretenimientos
o espectáculos, donde el común denominador es que todos ellos se transmiten por
TV, previa o simultáneamente a su comentario en las "redes".
Poco importa que
los programas de TV puedan verse por Internet. El punto es que el poder sigue
estando en la TV y no en las "redes" como se arguye con tanto ruido y
tan livianamente.
La única novedad
que aportan las "redes" -desde mi humilde punto de vista- es que,
antes de su aparición, uno se quejaba o celebraba en privado, (con la familia,
los amigos, o en su lugar de trabajo, o de estudios) lo que veía o escuchaba en
la TV, radio o leía en los periódicos. La irrupción de las "redes"
sólo ha extendido ese círculo hacia personas que están mucho más allá de esos
límites.
Gentes que no nos
conocen ni conocemos personalmente pueden leer, ver o escuchar a distancia lo
que decimos concerniente a ciertos temas. Pero el punto de la cuestión es ese
tan cacareado y pretendido "poder" de las "redes" "por
encima" de los medios masivos y tradicionales de comunicación y en
relación a sus contenidos. El que, en mi opinión, es no otra cosa que un mito.
Es muy cierto que las "redes" amplían considerablemente el ámbito de
la queja o la aprobación de la gente, pero (y este es el núcleo central de mi
tesis) la fuente de información de la gente que interactúa en las "redes"
siguen siendo la TV, la radio y los diarios. Esto no fue cambiado (como tanto
se afirma) por la irrupción de las "redes". Ergo, no hay tal "fenómeno",
ni -mucho menos- "revolución" como arriesgadamente se ha llegado a
decir. Simplemente, hoy en día, la información corre más rápido y llega a más
gente. Eso es todo. La mentalidad de esa gente sigue siendo la misma, y no veo
que haya sido modificada por ninguna "revolución" de las "redes".
Volviendo al tema
del poder y control político que hipotéticamente las "redes" tendrían
superpuesto a medios y gobiernos (como con insistencia se ha llegado a
aseverar), por idénticas razones no se trata más que de otro mito. La
información es más veloz gracias a las "redes", pero también es mas
heterogénea, lo que impide que las "redes" -en sí mismas- constituyan
una fuente o bloque de poder unidireccional y desmitifica su supuesta condición
de "quinto poder" por sobrepuesto de los poderes tradicionales
(ejecutivo, legislativo, judicial y prensa). En el mejor de los casos, formarían
parte de ese "cuarto poder", pero -por el momento- se mantienen
claramente independientes del mismo y lejos de constituir un "poder".
La presencia de los
medios tradicionales y políticos en esas mismas "redes" relativiza el
supuesto "poder popular" que anidaría en estas. Y contribuye a una
mayor heterogeneidad de contenidos.
En tanto, el
material de baja calidad es abundante (y responde a los valores convencionales
de la comunidad de que se trate) mientras que el de alta es más bien escaso.
En general, y hasta
aquí, de acuerdo a lo observado, las "redes" son un excelente medio
para el pataleo y exhibicionismo individual, y hacerlo conocer a un público que
mayoritariamente se desconoce. Esto, al menos, en cuanto a su aspecto "social"
(no comercial o de negocios).
Del lado positivo,
las "redes" -en cambio- son oportunidades para el mundo de los
negocios y el comercio en general, y en este sentido, son bienvenidas, y pueden
llegar a ser muy provechosas, precisamente por su masividad a nivel comercial y
empresarial. Aunque no todas las "redes" apuntan en este sentido. Las
hay más profesionales y empresariales -como LinkedIn- y otras más populares y
mas masivas (los casos de Twitter, Facebook, etc.) que son poco útiles en este
último cometido.
Lamentablemente, en
general, el potencial en materia de negocios de las "redes" está muy
poco y pobremente explotado aun hoy día.
En los demás, y en
especial en el campo de las interacciones sociales, la fuente primaria de
información masiva y -lamentablemente- en muchos casos de "formación"
siguen siendo los mass media (TV, radio y periódicos). No parece
vislumbrarse cercana la época en que sea diferente.
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