Por Gabriel Boragina ©
¿Cuál ha
sido el "secreto" del peronismo para mantenerse vigente desde su
temprana fundación en 1945? La respuesta sugiere que se ha debido a distintos
factores de orden filosófico, político y económico que influyeron sobre su
líder Juan Domingo Perón.
En cuanto
a su aspecto filosófico:
"La presencia
de Perón en Italia, que coincidió con el advenimiento del Fascismo, fue
decisiva para su evolución política. El Peronismo no es más que la traducción
vernácula del fascismo italiano, sólo que Perón no habla de “Resurgimiento”. Habla
de una categoría parecida: “Evolución”."[1]
El peronismo, que como bien indica
el autor citado, consiste en la versión criolla del fascismo italiano, no es
sino una variante más del populismo. El peronismo filosóficamente se ha definido:
"Como un
praxismo que anuló la categoría de Revolución propuesta por Gramsci. El
Peronismo es un mundo sin valores donde lo que importa es el poder acumulado. Y
a esto, los peronistas lo saben muy bien, porque tienen un olfato especial para
el poder."[2]
Dado que se trata precisamente de "un mundo sin
valores" es que los peronistas son hábiles oportunistas para llenar ese vacío
de valores con aquellos que sean más convenientes para lograr su objetivo final:
hacerse del poder total por la mayor cantidad de tiempo posible. Por eso, necesariamente
ha de ser demagógico. La adulación a las masas por medio de un líder que supuestamente
estaría "representando" los "intereses" de las "clases
populares" es un elemento esencial en la "lógica" populista y
por consiguiente –desde luego- peronista.
"-¿Por qué
el peronismo no asumió la categoría de Revolución?
-Porque fue
conservador al estilo del “actualismo” de Gentile. Pero a mi juicio, así como
Gramsci fue “más actualista que Gentile”, los Montoneros fueron más peronistas
que Perón al pensar en la categoría “Revolución” y no en “Evolución”. Hace
poco, me encontré con un viejo texto de Firmenich que me dio la razón. Decía
“nosotros los Montoneros somos más peronistas que el propio Perón”."[3]
Los Montoneros pretendían llevar la doctrina asumida
por Perón hasta sus últimas consecuencias lógicas: la realización de la revolución
marxista, disfrazada bajo las consignas de "nacional y popular". Esa revolución
incluía -desde luego- la insurrección armada y la toma del poder por medios
violentos. Prueba de ello consiste en la gran cantidad de secuestros extorsivos
y crímenes cometidos por la mencionada banda, que ejecutaba sus tropelías en
nombre del "movimiento". Es interesante señalar que -mas tarde en el
tiempo- el matrimonio Kirchner se adjudicó la misma consigna, a la vez que
reivindicaron la lucha armada por los criminales Montoneros a quienes
rebautizaron como "jóvenes idealistas", con lo que pretendieron
"purificar" a los que no fueron más que feroces asesinos.
"-¿Firmenich le daba la razón a Gramsci?
-Totalmente. Y esa
es mi tesis. Además, ese fascismo llamado Peronismo ¿qué ética ha generado en
el país? La de un praxismo donde lo que importa es la acción para la acción que
equivale a poder. Lo fundamental en el peronismo es el mantenimiento y la conquista
del poder. Por eso se entiende que sea peronista un Perón, un Menem o un
Kirchner. Todos diferentes pero todos unidos en esta lógica."[4]
Profundamente cierta la anterior afirmación. Pero
faltaría agregar que la estrategia del peronismo en sus planes permanentes de tomar
el poder total y absoluto consiste en la elaboración de un discurso demagógico
por el cual se intenta convencer a una masa de ignorantes que ese poder -en
realidad- se arrebata para serle "devuelto" al pueblo cuando lo real
es que sucede a la inversa: el peronismo despoja el poder para -en definitiva-
consumar quitarle ese poder al pueblo en forma absoluta. Durante la dictadura
de los Kirchner, ese discurso hipócrita y demagógico recibió el nombre de
"El relato" por la permanente distorsión y falseamiento de la
realidad por parte de la tenebrosa pareja gobernante. Esto refuta a quienes
pretenden desconocer que Menem y Kirchner fueron peronistas:
"-¿Por qué?
-Porque en el
momento de Menem convenía sostener la bandera de lo liberal, pero en la época
actual conviene otro discurso. Y mañana vendrá otro peronista que reniegue de
Kirchner. En la fiesta del primero de mayo, había peronistas que fueron
ultramenemistas y que estaban aplaudiendo “el fin de la década infame del
´90”…Daba risa…"[5]
Cabe
poner de relieve que la entrevista que nos encontramos comentando le fue
realizada al entrevistado en el año 2012, cuando aun gobernaba la mujer de
Kirchner y abrigaba pretensiones de perpetuarse en forma indefinida en el
poder, al extremo de llegar a decir en una transmisión publica por la cadena
nacional de radiodifusión y televisión que sólo se le debía temer a Dios y a
ella misma (lo que denota con notoria claridad la enfermiza obsesión del imperio
absoluto y completo). La estrategia del peronismo para perdurar consiste, pues, en negar que sus candidatos (ante
sus fracasados gobiernos) hayan sido peronistas. Este artilugio ha servido para
confundir a ignorantes e incautos que creyeron -y siguen creyendo- que Menem y
los Kirchner no habrían sido peronistas. Esta negación de muchos (quizás una
mayoría, incluyendo a muchos antiperonistas)) sirve plenamente a los fines del
peronismo en su objetivo de lograr el poder hegemónico a perpetuidad.
"-Sobre el Kirchnerismo
-Este gobierno,
ideológicamente, está cerca de los Montoneros. O sea que lo lógico sería que
aplicara la categoría de “Revolución” a ultranza. Pero por cierto que no lo
hace, ya que la mayoría de estos “ex revolucionarios” han devenido en
burgueses; es decir, se han acomodado a la situación vigente. Del ideal que
tenían en los ´70 habrán aplicado el uno por ciento. Además, el matrimonio
gobernante tenía una fortuna ¿qué revolución van a hacer entonces?"[6]
Recordemos que a la fecha de la entrevista citada
gobernaban los Kirchner. Por supuesto que el poder no es perseguido por el
poder mismo, sino -fundamentalmente- porque el poder político es el puente más
breve, cómodo y sencillo para obtener el poder económico a través de los
instrumentos que otorga el gobierno a cualquiera que lo ocupe. Y esta siempre
fue la meta del peronismo desde la época de su fundación por el tristemente
célebre Juan Perón hasta nuestros días.
[1] Entrevista de Iván Wielikosielek
a Daniel Lasa, especialista en Filosofía Política. Publicada en EL REGIONAL http://www.elregionalvm.com.ar/?cat=11
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